domingo, 27 de marzo de 2011

Capítulo 2.5. Pseudociencias - Energía Piramidal

La energía piramidal es consecuencia de especulaciones sobre las pirámides, en especial las pirámides de Egipto. El término que hace referencia a estas especulaciones es la "piramidología", que fue inventada en el siglo XIX por el librero John Taylor y el astrónomo Charles Piazzi Smyth, que pretendían demostrar que la Gran Pirámide de Guiza era un calendario universal repleto de profecías. Pese a publicar en su libro Our Inheritance in the Great Pyramid («Nuestra Herencia en la Gran Pirámide») un gran número de «profecías», tan sólo acertó con las que sucedieron antes de la fecha de edición de dicho libro.

Regresando al tema principal, la energía piramidal consiste en la creencia de que una pirámide, debido a su forma, orientación y materiales de construcción, es capaz de atraer energía hacia sí teniendo como consecuencias efectos terapéuticos que alivian dolencias e impiden, entre otras cosas, la putrefacción de la carne.

Se postula que una forma piramidal "capta" la energía electromagnética de la Tierra y la concentra para obtener beneficios diversos, sin embargo, esto es totalmente falso. Hasta un niño podría hacer el experimento casero de la pirámide con una brújula y observar si hay alteración magnética alguna, con resultados negativos. Por no decir que la energía electromagnética no cura, de hecho, se está pensando que puede llegar a ser nociva.

Además de la energía electromagnética, una empresa que se dedica a la venta de artículos piramidales caros, sostiene que las pirámides también "captan" y almacenan neutrinos. Los neutrinos son unas partículas subatómicas (tan subatómicas que tienen menos de una milmillonésima de la masa de un átomo de hidrógeno). Los neutrinos no suelen interaccionan con la materia, de hecho, atraviesan la Tierra "de polo a polo". De modo que, parece imposible que una pirámide pueda atraparlos.

Pero es que no sólo parece imposible, sino que también inviable. Para medir un neutrino, los físicos usan un aparato llamado Super Kamiokande. Este aparato contiene 50.000 toneladas de agua y está enterrado a un kilómetro bajo tierra. Toda esta cantidad de agua es precisa para tener alguna remota posibilidad que un único neutrino impacte con una única molécula de agua y de ese modo poder detectarlo mediante los 11.000 tubos fotomultiplicadores que rodean la estructura cilíndrica. Despues de esto, ¿Cómo es posible que los defensores de la Energía Piramidal hayan podido detectar la presencia de neutrinos en las pirámides? La simple idea de que hubieran usado este aparate cae por su peso.

La locura no arrecia, y hasta hay testimonios de prácticas como la de dejar la foto de un familiar enfermo dentro de una pirámide. Según estas fuentes, el familiar enfermo mejora notablemente.

Por lo visto, a causa del fracaso que tuvo la piramidología sosteniendo que la energía electromagnética es beneficiosa, y tras su recuperación del golpe que esto le supuso, se están poniendo en práctica diversos juegos estratégicos, como la utilización de conceptos pseudocientíficos, como pueden ser los "chakras", para alejarse del escrutinio constante al que se tuvo que someter la piramidología por sus anteriores afirmaciones y así como terminología inventada como "radiación equilibrada", "radiación ultracuántica", "completitud cuántica de los átomos del cuerpo", etc..


más información y experimentos en:
http://www.fisica.uh.cu/rationalis/piramidal/index.htm

domingo, 20 de marzo de 2011

Capítulo 2.4. Pseudociencias - Homeopatía.

La homeopatía es una pseudomedicina muy de moda últimamente. Desde una Cátedra de la Homeopatía en la Universidad de Zaragoza, hasta cursillos de UNED y títulos/diplomas de homeopatía en los laboratorios Boiron (en menos de una hora con tan sólo rellenar un cuestionario -yo mismo tengo un título de «homeópata»-). Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1775-1843), médico alemán, fue el primer hombre que utilizó la palabra "homeopatía" en su trabajo Indications of the Homeopathic Employment of Medicines in Ordinary Practice («Indicaciones del empleo homeopático de medicinas en la práctica ordinaria»). Asentó las bases de la homeopatía clásica: sistema médico basado en el uso de cantidades infinitesimales de sustancias que en grandes dosis producirían síntomas parecidos a los de la enfermedad que está siendo tratada.

Hahnemann llegó a la conclusión anterior cuando tras tomar una infusión de corteza de cinchona, experimentó síntomas parecidos a los de la malaria, enfermedad que se trataba en aquella época precisamente mediante la corteza de cinchona. Lo que parece que pasó es que Hahnemann sufría de alergia a la quinina. Tras su desafortunado encuentro con dicha infusión, este creía que dosis muy pequeñas de estos medicamentos causaban poderosos efectos curativos, dado que al ir reduciendo las dosis consumidas iban desapareciendo los síntomas que producían, algo perfectamente comprensible, pero que Hahnemann malinterpretó.

Remedio homeopático | Agua.
Entonces, la forma más habitual de preparación de un remedio homeopático es la siguiente: se coge 1mL de la sustancia original y se mezcla con 99mL de agua. Después, se agita este preparado y se obtiene una dilución. A continuación, se repite el proceso de mezclar, agitar, mezclar, agitar, hasta que se llega a 12 CH (Centesimal de Hahnemann. Por cada CH la sustancia original queda diluida 100 veces... así 12 CH equivale a diluir 100^12 veces una sustancia), incluso se llega a superar esa cantidad. Por la constante de Avogadro, y unos sencillos cálculos, se puede entender que en una dilución de 12 CH ya no queda ninguna molécula de la sustancia original. En palabras claras, lo único que queda es agua. Pero lejos de dar por perdida la teoría, los «homeópatas» sostienen que el agua, debido a la agitación repetida, adquiere las propiedades curativas de la sustancia original, aunque esta ya no se encuentre dentro de la mezcla. En la actualidad lo llaman «memoria del agua».

James Randi, hace tan sólo un mes, desafió a cualquier fabricante de productos medicinales homeopáticos a demostrar el supuesto efecto de estos, con un premio de 1.000.000 de dólares. Sinceramente, no creo que alguien lo consiga: recordemos que este gran hombre desafió a bastantes pseudociencias, las cuales todavía no han demostrado su veracidad.

Tampoco está demostrado que "lo similar cura lo similar", que es la base de la homeopatía. Cuando te haces un esguince, no te golpeas la zona afectada, como tampoco se cura la diabetes ingiriendo azúcar. La homeopatía desafía, con axiomas como el anterior, todos nuestros conocimientos sobre enfermedades, ya que ignora por completo los organismos patógenos que causan algunas enfermedades.

A pesar de las pruebas en contra de la homeopatía, parece que hay gente que afirma que la homeopatía les ha ayudado a curarse de algunas enfermedades, o prevenido otras (dime a mi cómo vas a saber si has prevenido algo cuando no sabes siquiera si ese algo hubiera aparecido). Como pseudociencias que ya hemos tratado, la homeopatía no tiene efectos secundarios, pero tampoco primarios. Todo parece apuntar a ser un efecto placebo, ya que no hay una relación causa-efecto que respalde estadísticamente los dos sucesos.

Cabe destacar que en los productos homeopáticos no se recomienda tomar más de cierta dosis recomendada, advirtiendo problemas de salud, incluso la muerte, en caso de superarla. La campaña 10:23 (cuyo nombre rinde tributo a Amedeo Avogadro y a la de constante Avogadro) consiste en la ingesta masiva de productos homeopáticos. Se llevó a cabo hace un poco más de un mes, en más de 25 países del mundo (entre los que se incluye España), a la hora exacta de 10:23, como protesta a la comercialización de la homeopatía y como prueba de su ineficacia. Como ejemplo, el «suicidio homeopático» de madrid:


En youtube se pueden visualizar muchos más videos.

jueves, 10 de marzo de 2011

Capítulo 2.6 Pseudociencias - «Par biomagnético»

Las terápias biomagnéticas se basan en la creencia de que dos imanes pueden "depurar" el cuerpo, haciendo que los campos magnéticos "nivelen" el pH del cuerpo y eliminen virus y bacterias.

Según cuenta Andrea Gavazzi, biomagnetista diplomado, osteópata, acupuntor y terapeuta craneosacral, en su web:
Al poner los imanes en contacto con el cuerpo, la hemoglobina acelera su movimiento y el flujo sanguíneo arrastra los materiales que se encuentran adheridos a las paredes interiores de las venas y ocasionan presión arterial alta, por lo que disminuyen los depósitos de colesterol y calcio. Al activarse la circulación de sangre y de la linfa los nutrientes son transportados fácil y eficientemente a cada célula del cuerpo.
Según esto, todas las personas que trabajan expuestos a campos magnéticos también deberían notar mejoras en la salud, algo que no sucede.

Sigue:
Las ondas magnéticas, al penetrar en la piel, los tejidos grasos y los huesos, activan el flujo energético por lo que vigorizan integralmente las funciones corporales y eliminan los desordenes corporales. En fin, las propiedades de las ondas magnéticas promueven un gran beneficio en la salud psicofisica.
¿De qué flujo energético estamos hablando? ¿ATP? ¿Qi? Parece ser que ni él lo tiene claro. Es más, ¿Cómo saben qué efectos tiene en el cuerpo, en los tejidos grasos o en los huesos, los campos magnéticos? Nada de eso explican: sólo afirman que ya se comprobó y demostró, pero hasta ahora, nadie ha publicado la demostración en una revista científica prestigiosa. Por otro lado, si la respuesta a esta pregunta es, "no lo sabemos, pero funciona", entonces no sería ni legal ni ético hacer este tipo de prácticas.


Entre las bases del "conocimiento" al que han llegado los que practican esta terápia, se encuentra la suposición de que nuestro cuerpo está formado por un par biomagnético, es decir, que somos como un imán. Tenemos un polo positivo, y uno negativo, los cuales determinan nuestra salud. 


Los que practican el biomagnetismo tambien sostienen que la causa de casi todas las enfermedades, por ejemplo, desde las migrañas, a enfermedades mucho más serias como el síndrome de Down, la gonorrea, la tuberculosis, la sífilis, VIH (¡sí, has leído bien! ¡VIH!), es la acción directa de virus y bacterias en nuestro sistema inmunológico. Llegando a declarar que la única forma de eliminarlos es mediante los campos magnéticos. En una cadena de televisión se le hizo una entrevista al Dr. Goiz, donde este confesó haber curado a un paciente que padecía VIH. 



De todas formas, si la terapia del Dr. Goiz tuviese una buena base científica, como los tratamientos actuales de este tipo de enfermedades, estaríamos orgullosos de haber podido encontrar una posible cura al VIH.

Nunca me cansaré de repetir que "afirmaciones extraordinarias requieren de evidencia extraordinaria", pero lo único que ha hecho el Dr. Goiz y compañía, es afirmar una cosa tras otra, sin dar prueba alguna de ello ni oportunidad para refutar una teoría, con tal de conseguir despistar a cualquiera que se les oponga. Esta es la actitud de un pseudocientífico en esencia.

Por ejemplo, en este enlace se puede ver un video documental "Origen y futuro del par biomagnético", entre otros, en el cual el Dr. Goiz afirma que cuando los astronautas que habían salido de la atmósfera terrestre, regresaron a la Tierra, estos llegaron con los pares biomagnéticos modificados por los cambios en la ingravidez y la radiación. Según dice, cuando acercaron un imán a estos astronautas, se les recuperó el equilibrio de energías y los pares biomagnéticos volvieron a su posición normal. Tal cual está planteada la afirmación, no se puede decir nada más que "uhm, qué pena que Yuri Gagarin no se hiciese el tratamiento, podría haber vivido unos cuantos años más". Basta ya de bromas...

En el mismo documental aparece la madre del Dr. Goiz diciendo que cómo no va a creerselo (lo que afirma su hijo), cuando la gente a la que su hijo atendió sigue todavía viva. Si hasta sus familiares más próximos no están enterados de lo que hace su hijo, simplemente le creen o no, ¿qué esperan que hagamos nosotros, los críticos, a parte de criticar?

La idea de un tratamiento mágico que cure todas las enfermedades es cuanto menos fantasioso. Todavía no se tiene cosntancia de que sea posible, ni si quiera se ha conseguido en física, a pesar de que se lleva más tiempo intentando unificar las leyes del universo en un esfuerzo desesperado por simplificarlo. Además, la biología demuestra que cambios ligeros en el pH de un ser vivo pueden ser decisivos y hasta causar la muerte. Por otro lado, no se tienen indicios de que un campo magnético pueda modificar el pH y si ello fuera posible, podría ser peligroso. Tampoco es cierto que tan sólo ligeras variaciones en el pH puedan eliminar todo tipo de microorganismos, muchos de ellos pueden vivir en rangos de pH ácidos y bases, alcanzando niveles extremos.

Como dicen, es muy fácil decir una estupidez, pero resulta muy difícil refutarla...

BONUS: En el último video del enlace dice que ningún virus puede destruir célula alguna. Este hombre debería volver a la escuela, o como mínimo demostrar sus afirmaciones, aunque comprendo que en un canal de televisión eso es casi imposible.

Más enlaces: